UN DÍA EN MI RUTINA AUDIOVISUAL

Hoy en día la tecnología y las redes sociales juegan un papel muy importante en la sociedad, hasta el punto de ser imprescindibles. La mayoría de nosotros pasamos demasiado tiempo delante de una pantalla, y la situación en el futuro no hará más que empeorar. ¿Qué nos hace pensar que no podemos vivir sin la tecnología o sin un Smartphone? Nuestros padres y abuelos no tenían esa necesidad, y ahora tienen que adaptarse a los métodos tecnológicos para no quedar incomunicados.



Lo cierto es que este mundo ''social'' que hemos creado está provocando un efecto rebote en nosotros. Cada vez más gente tiene problemas de adicción y de comunicación por las redes sociales. Sobretodo los adolescentes. 

Personalmente, no me considero una persona que utilice mucho el móvil ni esté enganchada, pero me he sorprendido bastante al caer en la cantidad de tiempo que paso con un dispositivo electrónico. Ya sea el hecho de que mis compañeras de piso pongan la tele para comer o de que tenga que estudiar con el ordenador... ¡Básicamente estoy todo el día con la pantalla en frente!

No sólo el consumo de audiovisuales depende de ti sino de tu entorno. Aunque a mí por ejemplo no me guste ver la tele, ahora es algo que hago prácticamente todos los días porque mis amigas la ven, y no hablo del minuto que pueda durar un vídeo en Instagram o los cuatro minutos de un vídeo de YouTube, sino de tragarme un programa entero de hora-hora y media.
Creo que la televisión es el medio más manipulado de todos, no hay canal que no tenga programas basura o publicidad que te coma la cabeza. Lo peor es que soy la primera que se niega a ver ese tipo de programas, y ahora no me pierdo ni una noche de ''First Dates'' en Cuatro. ¡Cómo saben engacharnos a estas tonterías!

Es obvio que ese tipo de programas son de todo menos sanos y elaborados en los guiones, pero por lo menos alguna esperanza queda en los telediarios informativos y los documentales. Esperemos que la televisión no los elimine o manipule, si no lo ha hecho ya.

En realidad, el móvil lo tengo para tres cosas como WhatsApp o Instagram, pero a lo tonto es lo que más consigue distraerme y con lo que más pierdo el tiempo. De hecho, a veces no tengo ninguna notificación y al final me paso media hora viendo vídeos o fotos.

Tengo que decir que todas esas cosas las veo porque me parecen interesantes, desde un vídeo sobre política hasta uno de danza o algunos dibujos de los artistazos que te encuentras en Instagram. Todos esos contenidos intento verlos en inglés, para así por lo menos no perder tanto el tiempo.

Creo que no soy una persona viciada o antisocial, este es el primer año que vivo fuera de casa y la verdad que las redes sociales son imprescindibles para comunicarme con mis amigos y mi familia. Realmente tampoco estoy rodeada de contenido basura o perjudicial, de hecho encuentro cosas muy interesantes cada día.

Sin embargo estoy segura de que puedo reducir las horas que uso las redes sociales, por ejemplo mientras voy por la calle o como con la tele puesta, o ya metida en la cama, que acabo acostándome más tarde y con menos sueño por coger un rato el móvil. También estoy convencida de que todos podríamos reducir a la mitad el tiempo que empleamos en la tecnología, empezando por apagar la televisión y apartar el móvil en cada comida para charlar con nuestra familia.

Al fin y al cabo la mente lo agradecerá y nuestros seres queridos también al dedicarles más tiempo, igual que lo agradeceríamos nosotros.


















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